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Foto del escritorAguete Inmobiliaria

Los vacíos legales que usan los inquilinos morosos para no pagar

La morosidad en el alquiler de viviendas puede ser una auténtica pesadilla para cualquier propietario, sobre todo cuando se enfrentan a inquilinos experimentados en eludir el pago, individuos que hábilmente aprovechan los vacíos legales para evadir la renta y prolongar su estancia.


La falta de pago del alquiler representa la principal inquietud de los propietarios de viviendas en España, llegando a tal punto que algunos optan por no poner sus propiedades en el mercado por miedo a verse atrapados en un engorroso conflicto de impagos.


Por suerte, existen diversas medidas y herramientas disponibles para prevenir a los inquilinos morosos, como los seguros de impago o los registros de morosos. Sin embargo, algunos de estos individuos poseen una amplia experiencia "profesional" en este ámbito y conocen a fondo cómo burlar todas las precauciones. Es por eso que en este artículo analizaremos las lagunas legales que utilizan los inquilinos morosos para evitar cumplir con el pago del alquiler.


Asegurar que ya se ha pagado


Una táctica recurrente empleada por inquilinos morosos es la de confundir al propietario, asegurándole que el pago del alquiler ya se ha efectuado o que se realizará de inmediato. El propósito de este enfoque es desorientar al arrendador y llevarlo a perder tiempo en verificaciones innecesarias.


En esta estrategia, el inquilino intenta ganar tiempo al afirmar que ha efectuado el pago a través de un cheque o transferencia bancaria que ha enviado por correo o que está a punto de realizar. De esta manera, el inquilino busca tranquilizar al arrendador y utilizar la correspondencia o la comunicación con el casero como una excusa creíble para aplazar el pago.


Esconderse


Cuando los impagos comienzan, los morosos pueden optar por cortar por completo la comunicación con el propietario. Ignorar llamadas, mensajes e incluso negarse a abrir la puerta y cambiar la cerradura son algunas de las acciones que emprenden para generar frustración en el propietario.


Ignorar las notificaciones judiciales


Una táctica adicional empleada por los inquilinos morosos es la de hacer caso omiso a las notificaciones judiciales. Una vez que el asunto ha llegado a manos de la justicia, tienden a seguir un patrón similar: desaparecer. Al no recoger las notificaciones judiciales, el inquilino puede retrasar la fecha del juicio y, por ende, el proceso de desalojo. Una vez que la notificación es entregada, se inicia un plazo de 10 días para que el inquilino pueda oponerse a la demanda, lo que da inicio oficial al proceso.


En muchos casos, sin embargo, la demanda no puede ser notificada al moroso debido a su ausencia o su negativa a aceptarla. Ante esta situación, la ley estipula la obligación de llevar a cabo una búsqueda del domicilio del arrendatario utilizando su documento de identidad. Para ello, el juzgado consulta registros como los de tráfico, la seguridad social y la policía.

Si, a pesar de todos estos esfuerzos, la demanda de desahucio no puede ser entregada al inquilino, se procede a su publicación en el tablón de anuncios del juzgado, dando inicio entonces al plazo de 10 días hábiles.


Solicitar asistencia jurídica gratuita


Un enfoque adicional que emplean los inquilinos morosos es la solicitud de asistencia jurídica gratuita. Si el inquilino decide requerir un abogado de oficio después de recibir la notificación de desahucio, el proceso puede alargarse mientras se gestiona esta ayuda y se selecciona un representante legal. No obstante, solo si presenta esta solicitud en los tres primeros días hábiles desde la notificación de la demanda, podrá solicitar la suspensión de los plazos para responder a dicha demanda.


Si el inquilino pide asesoramiento legal gratuito al inicio del procedimiento, se detiene la cuenta regresiva de los 10 días otorgados para presentar una oposición a la demanda. Más adelante, cuando se le asigna un abogado de oficio, un proceso que puede demorar semanas o incluso meses, se reactiva el tiempo restante, otorgándole los días restantes para preparar su defensa frente a la demanda.


Enervar la acción de desahucio


Otra estrategia empleada por los inquilinos morosos es la enervación de la acción de desahucio. Esto implica que el inquilino pague las rentas atrasadas antes de que se celebre el juicio, lo que puede permitirle evitar la ejecución del desahucio y volver a incumplir el pago del alquiler en el futuro. Sin embargo, es importante destacar que la enervación del desahucio solo puede realizarse una vez.


Es fundamental tener en cuenta como propietario que no es aconsejable mantener a un arrendatario en tu propiedad en alquiler con quien has tenido que recurrir a un juicio para lograr el pago de las rentas adeudadas.


Evitar estar presente en el momento del desalojo


Los inquilinos morosos a veces intentan retrasar el proceso de desalojo evitando estar presentes en el momento designado para llevar a cabo el desalojo. Si el inquilino no se encuentra en el lugar durante el desalojo programado o si falta alguna de las partes involucradas, como la comisión judicial, el procurador del arrendador, la policía o un cerrajero, el proceso puede sufrir un retraso adicional de varios días.


Alegar circunstancias especiales


Los inquilinos morosos a veces recurren a alegar circunstancias especiales durante el proceso de desalojo para intentar retrasar el procedimiento. Por ejemplo, pueden argumentar la presencia de animales en la propiedad, la apertura de la puerta por parte de un menor de edad o una persona enferma durante el intento de desalojo, alegar estar en una situación de vulnerabilidad, o incluso presentar el inmueble en condiciones insalubres o lleno de basura. Estas alegaciones pueden dar lugar a la necesidad de tomar medidas adicionales por parte de las autoridades judiciales, lo que puede prolongar aún más el proceso de desalojo.


Confirmar la existencia de muebles propios


En un intento por retrasar el proceso de desalojo, los inquilinos morosos a veces afirman que el piso está lleno de sus propios muebles u objetos personales. Esto puede llevar a solicitar un plazo adicional para retirar estos elementos, lo que puede dar lugar a una extensión en el tiempo antes de que se complete el desalojo.


Acusar al arrendador de falsedad documental o estafa


En una táctica más drástica, los inquilinos morosos pueden acusar al arrendador de falsedad documental o estafa, argumentando que el contrato de alquiler es falso o que la firma en el mismo no es auténtica. Si esta acusación lleva el asunto a un proceso penal en lugar de uno civil, la duración del proceso puede extenderse desde meses hasta años, generando un considerable perjuicio al propietario.




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