El concepto de gentrificación ha ganado prominencia y está en la conversación de muchos, en gran parte debido a que sus impactos son cada vez más evidentes en los centros urbanos, manifestándose con una creciente intensidad. Aunque su consecuencia principal en la actualidad es el desplazamiento de la población desde las zonas metropolitanas hacia la periferia, es esencial comprender que este fenómeno no es reciente y ha dado lugar a diversos movimientos demográficos a lo largo de la historia.
A continuación, exploramos qué implica la gentrificación, cómo se manifiesta en la actualidad y cuál es su impacto en España.
¿Que es la gentrificación?
La gentrificación es un fenómeno que implica la revitalización de un área urbana, comúnmente una zona popular o deteriorada, conllevando el desplazamiento de su población original por otra con un mayor poder adquisitivo.
Este concepto ha estado presente a lo largo del tiempo y suele seguir un patrón similar: una zona que está relativamente desatendida y/o estigmatizada, con poco valor económico, se vuelve atractiva para grupos con mayores recursos. Esto, a su vez, atrae a inversores que provocan una revalorización del barrio.
El resultado final es que el área renovada deja de ser asequible para los residentes habituales, lo que conduce a un 'éxodo' hacia zonas más económicas.
A lo largo de las últimas décadas, hemos sido testigos de diversos procesos de gentrificación con características similares en distintos barrios y ciudades alrededor del mundo, incluyendo España. No obstante, observamos que las dinámicas de estos procesos evolucionan, y emergen nuevos modelos, como el impulsado por el auge de plataformas como Airbnb.
Un caso paradigmático de gentrificación "clásica" es el barrio madrileño de Malasaña, que transitó de una fase de abandono y estigmatización en las décadas de 1980 y 1990 a convertirse en un imán para jóvenes creativos con recursos y, simultáneamente, para inversores, resultando en su revalorización y expulsión de parte de su población residente original. Situaciones análogas se han manifestado en barrios como Lavapiés, La Latina, Huertas o Chueca, también en Madrid.
Podríamos describir este fenómeno como una forma de gentrificación relativamente espontánea y natural que, no obstante, influye de manera significativa en la configuración urbana y en la distribución de la población según los ingresos.
En cuanto a la "gentrificación Airbnb", caracterizada por su rapidez y originada por cambios más profundos, un caso ilustrativo sería el de Barcelona, donde el auge del turismo ha conducido a un desplazamiento significativo de residentes hacia áreas más asequibles, generando alteraciones en la estructura, los usos y los servicios de los barrios centrales, ahora orientados principalmente hacia el visitante en lugar del residente local.
Este proceso de gentrificación turística se manifiesta en diversas capitales españolas, incluyendo los barrios más centrales de Madrid, como los previamente mencionados. En estos casos, áreas como Malasaña o Chueca han transitado de una gentrificación espontánea y gradual desde las décadas posteriores a los años 80 y 90, hacia una gentrificación turística que incluso desplaza a los nuevos residentes.
Dentro de los casos de gentrificación en España, es cada vez más común observar la participación activa de inversores extranjeros. La eliminación progresiva de las barreras en la inversión inmobiliaria, impulsada en parte por las políticas gubernamentales destinadas a atraer inversión, ha contribuido a que la adquisición de propiedades en España resulte atractiva para aquellos extranjeros con un elevado poder adquisitivo o que encuentran opciones de vivienda más asequibles en España en comparación con sus países de origen.
¿Cuáles son los problemas asociados a la gentrificación?
La principal complicación que emerge de la gentrificación es el desplazamiento de los residentes habituales de un área específica hacia regiones más asequibles. Actualmente, es común observar este fenómeno de "éxodo" desde las zonas centrales hacia la periferia; sin embargo, cada vez es más frecuente que los propios barrios periféricos se vean afectados por procesos de gentrificación.
Este fenómeno se manifiesta claramente en lugares como Puerta del Ángel, Carabanchel o Usera, en Madrid, donde el ingreso per cápita de los residentes aumenta simultáneamente al alza en los costos de alquiler.
Otro elemento crucial, especialmente en las áreas turísticas, es la manera en que el proceso de gentrificación puede alterar la configuración y los usos de la zona afectada. Cada vez es más común que ciertos barrios tengan una población estable muy reducida, convirtiéndose prácticamente en destinos turísticos donde la mayoría de la población reside solo de manera temporal.
El resultado de este fenómeno es una transformación drástica en aspectos como la oferta comercial, con la desaparición de servicios esenciales y condiciones básicas de habitabilidad, como el descanso nocturno.
Finalmente, otra consecuencia frecuente de la gentrificación es el incremento en la necesidad de desplazamientos entre las áreas periféricas y los centros urbanos. Esto se debe a que muchos ciudadanos deben viajar desde sus lugares de residencia hacia sus lugares de trabajo, agravado por una mayor concentración de oferta cultural y servicios administrativos en las zonas centrales.
¿Cuáles son las implicaciones para los residentes en barrios sujetos a gentrificación?
Las personas que viven en barrios sometidos a gentrificación suelen experimentar consecuencias que se manifiestan gradual pero firmemente. Estos procesos, una vez iniciados, tienden a ser difíciles de revertir, especialmente para aquellos que residen en estas áreas bajo contratos de alquiler.
Un fenómeno común es el aumento de los precios de la vivienda, y por ende, de las rentas de alquiler, lo que eventualmente expulsa a muchos residentes a medida que llega el momento de renegociar los contratos de arrendamiento. Además, en ciudades con orientación turística, los propietarios a menudo optan por convertir sus propiedades en alquileres vacacionales, que son más rentables y flexibles que los alquileres a largo plazo.
Este cambio tiene un impacto drástico en la oferta de alquiler a largo plazo disponible para los ciudadanos, disminuyendo significativamente y volviéndose más costosa. También se produce una transformación en la oferta comercial. Especialmente en situaciones donde la población residente estable es reemplazada por una población más transitoria, los servicios esenciales desaparecen, dando lugar a un aumento de comercios diseñados para satisfacer las necesidades de los visitantes, lo que a su vez reduce la oferta disponible para los residentes permanentes. Los precios de los comercios también tienden a aumentar, en paralelo con los costos de los alquileres de locales comerciales.
Todas estas condiciones terminan por alterar tanto el perfil de los residentes del barrio como la propia naturaleza, configuración y usos del lugar.
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